Los balnearios de #Zaldibar
- ofertakdurango
- Dec 9, 2015
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¿Sabiais que en #Zaldibar hubo dos balnearios? Vamos con nuestro reportaje de hoy
Os ponemos en situación sobre dicha etapa en bizkaia:

Durante el siglo XIX, Bizkaia fue pródiga en establecimientos balnearios, ya que logró tener en funcionamiento hasta doce, que estaban situados en: Areatza (Villaro), Artea (Castillo Elejabeitia), Elorrio (Baños Viejos y Belerin), Etxano, Carranza (El Molinar), Kortezubi, Larrauri, Markina (Urberuaga), Orduña (La Muera), Zaldibar y Zeanuri. La temporada de baños transcurría entre el 1 de junio y el 30 de septiembre.
La vida de los Balnearios no fue de larga duración como la prevista y deseada, ya que en el primer cuarto del siglo XX, por el progreso constante en el campo de la medicina, los Balnearios fueron en decadencia, viéndose obligados a su cierre la casi totalidad de los anteriormente mencionados. Era el año 1922 cuando le llegó el momento de su clausura al de Zaldibar, el primero en importancia junto con el de Urberuaga.
Ese mismo año, la Diputación de Bizkaia compró todo el complejo con sus terrenos, para transformar en Hospital Psiquiátrico.
Entre los años 1923 y 1925, además de la transformación de la mayoría de los edificios, construyó al lado del Hotel del Parque, la Capilla neorrománica de la Milagrosa, bajo el proyecto del arquitecto D. Diego de Basterra.
Aguas de Zaldibar.
Eran cinco los manantiales de aguas medicinales que brotaban (cerca de la Casa Torre), llamadas urgazia (agua salada) y también uratza (agua fétida) y cuyas aguas fueron conducidas a un depósito expresamente construido para el suministro del Balneario. La temperatura constante de las aguas era de 16° centígrados, de color claro, olor fuerte y sabor salino amargo. Los gases que de ellas se desprendían, atacaban los metales, especialmente la plata, que quedaba ennegrecida.

Aguas conocidas desde muy antiguo, por su eficacia para la curación de las erupciones de la piel así como las afecciones reumáticas. Llamaron la atención por la asombrosa cura acaecida el año 1834 en un enfermo que padecía herpes castrosa, que no logró curar a pesar de haber hecho uso de las diferentes aguas sulfurosas del país y que dió en bañarse durante varios días en el pozo de uno de los cinco manantiales citados, viéndose totalmente curado.
Rápidamente corrió la noticia de la extraordinaria curación por todo el país, y en vista de ello y a ruego del pueblo de ZALDUA, (que así se llamaba entonces) fue construido con caracter provisional, una caseta de madera con una sola bañera, a donde acudieron muchos enfermos, siendo todos ellos curados del mal que padecían.
Primer balneario
D. Jose María de Munibe, XI Conde de Peñaflorida, propietario de los terrenos donde brotaban las aguas, solicitó la declaración de utilidad pública de los manantiales y se decidió a edificar un pequeño balneario con siete bañeras, mientras desarrollaba un proyecto de mayor envergadura.
Estos deseos no se pudieron llevar a cabo en el plazo proyectado, debido a que el Conde tuvo que emigrar a Francia con motivo de la primera guerra carlista.

A su regreso, puso de nuevo en marcha sus proyectos y el año 1844, el primer edificio balneario se encontraba en funcionamiento, con una amplia galería de bañeras, tras llevar a cabo los primeros análisis facultativos de las aguas sulfurosas.
Pronto fueron acreditados los baños de Zaldibar, con los extraordinarios resultados que se venían obteniendo, por el número impensable de curaciones registradas en tan corto plazo. D. Jose María falleció en Markina, hacia el año 1.850. Era nieto de Francisco Xabier de Munibe, VIII Conde de Peñaflorida y fundador de la Sociedad Bascongada de los Amigos del País.
Nuevo propietario
Tras el fallecimiento de D. Jose María de Munibe, se hizo cargo del Balneario su hermano D. Víctor de Munibe (XII Conde de Peñaflorida) que en el año 1851 amplió la galería de baños, instalando mayor número de cuartos y bañeras, así como otras salas especializadas.
Construyó también una capilla y un hermoso edificio destinado a hospedería, logrando así unas mejoras importantes en el conjunto de las instalaciones balnearias y hoteleras.
Además de los baños, el Establecimiento disponía de departamentos de duchas, chorros calientes, servicio de agua bebida, aplicación de lodos, inhalaciones, irrigaciones, así como sala de pulverizaciones con los instrumentos más modernos, en armonía con los últimos progresos.
La merecida fama adquirida con sus aguas, aportó al Establecimiento una era de brillante actuación, llegando a verse muy concurrido y solicitado, no solo por pacientes de Bizkaia, sino de toda Vasconia, Castilla, Galicia, Aragón, Cataluña, etc.
Leyenda de Zaldibar
Allá en la Edad Media, una horrible enfermedad que se conoció y se generalizó con el nombre de lepra, invadió y desfiguró el cuerpo de la doncella más hermosa del Duranguesado.
Las gentes, ignorantes y supersticiosas, creyeron a la doncella maldecida de Dios, y para poner término a los sufrimientos de su cuerpo, determinaron sumergirla en el negro y pestífero pozo donde se recogían las aguas del manantial maldito, que se creía surgían de las profundidades del infierno.
La llevaron al borde de aquel fatídico pozo, la arrojaron a él y se apresuraron a alejarse de lugar tan espantoso. Luchó largo rato la infeliz doncella con las aguas pestilentes, obedeciendo al instinto de conservación y, al fin, consiguió salir a la orilla y refugiarse en los bosques cercanos, donde se alimentó por espacio de varios días con frutas y hierbas silvestres. Como no tardase en notar que las pústulas que cubrían y desfiguraban su cuerpo caían desecadas y aparecía en su lugar el color sonrosado de la salud, comprendió que aquel prodigio nacía de la virtud de las aguas en que, contra su voluntad, había sido sumergida y volvió repetidas veces a sumergirse voluntariamente en las mismas aguas, con tal feliz resultado, que en breve se vió completamente sana y tan hermosa como antes había sido.
Entonces regresó entre las gentes a quienes había inspirado horror y compasión, y fue acogida con gran amor y alegría porque creían milagro y protección de Dios su vuelta a la salud y a la hermosura con que en otro tiempo la conocieron.
Un infante de Navarra, Ramiro, el hijo menor del Rey Sancho Abarca, era aficionado a la caza, y para dedicarse a este ejercicio, solía venir al Duranguesado. Ocurrió que el infante volvió a la cacería en Zaldibar, y como oyese hablar de la doncella, que a su hermosura reunía el prestigio de la virtud, decidió verla y conversar con ella. Tal fue el encanto que el infante encontró en su hermosura y su virtud, que se prendó de ella, con ella se casó y por amor a ella, construyó un palacio cerca de donde brota el agua. Allí pasaron el resto de su vida, amados de propios y extraños y allí continuaron durante siglos los de su linaje y hasta hace pocos años la Torre Palacio de Zaldibar que él levantó ".
Tercera etapa
A la muerte de D. Victor de Munibe, se hace cargo del complejo Balneario, D. Manuel María de Gortazar, sobrino y heredero del fundador, quien no quiso quedar a la zaga del movimiento reformista que los balnearios más importantes habían iniciado.
Aun no teniendo nada que envidiar este Balneario al mejor montado de los establecimientos de su clase, el Sr. Gortazar montó en 1882 un magnífico centro balneoterápico y construyó el suntuoso Hotel del Parque, instalando ambos con arreglo a las más modernas y completas exigencias de aquella época, en lo que a Balnearios y hospedajes se refería, realizados por el arquitecto bilbaino D. Severiano Achucarro, que previamente hizo un detenido estudio de los mejores Balnearios franceses y alemanes, de los que introdujo los más modernos adelantos.
El amplio Parque del Establecimiento contaba con un extenso arbolado, jardines, un mirador, estanque con barca, pista de tenis, kiosko de música y paseos. Y dentro del recinto; sala de lectura, salón de recreo con piano y pianista, billares y casino con diversos juegos de azar.
Con el fin de que el lector observe el éxito que se estaba logrando, se facilitan los datos siguientes: el número de enfermos que habían acudido al Balneario hasta el año 1880, resultaba una media de 500 por temporada. En el año 1882, se llegó a un total de 1.414 enfermos, estimando alcanzar los 2.000 en plazo breve.
Llegada del ferrocarril
Después de la puesta en marcha del primer tramo Bilbao-Durango en 1882, el 1 de Julio de 1887 llegaba el tan esperado ferrocarril con su tramo Durango-Zaldua, con la locomotora a vapor de la marca KRA USS, resultando todo un acontecimiento.
La prensa de la época anunciaba en grandes titulares "Inauguración del tramo ferroviario que une esta Villa con el Balneario de Zaldibar ".
Los veraneantes bilbainos y bizkainos, así como otros muchos de dentro y fuera del País Vasco, que suelen acudir a tomar las aguas de los baños en Zaldua, se encontraron con la agradable sorpresa de que podían hacerlo en tren, directamente desde Bilbao hasta Zaldua.
El tren inaugural salió de la estación de Achuri en Bilbao, a primera hora de la mañana, adornado con banderolas y otros perifollos. Hubo disparo de cohetes y acordes mañaneros por parte de la banda local "La Unión Artística " que amenizó el recorrido y los festejos inaugurales.
En una hora llegó a Durango, en donde se procedió a la bendición ritual del nuevo tramo de ampliación de la linea hasta Zaldua. Después de un baile a usanza del país (aurresku), para alegrar al personal.
Al entrar en Zaldua, más arcos y vegetales y charangas. En el Balneario propiedad de D. Manuel M" de Gortazar, se celebró el banquete inaugural de obsequio a los amigos e invitados de la empresa, cuyos honores hizo su presidente D. Francisco de Igartua y el director técnico D. Sabino Goicoechea. El menú fue muy selecto, expresado en francés según costumbre.
Balneario nuevo
Tras la venta a la Diputación de Bizkaia por el propietario D. Manuel M' de Gortazar, de todas las instalaciones balnearias y los terrenos que le pertenecían, el Ayuntamiento realizó varias gestiones hasta lograr la cesión de las aguas de los cinco manantiales, para continuar su utilización confines terapeúticos.
Una vez lograda su cesión, el pueblo se lanzó sin tregua a la decidida empresa de construir un nuevo Balneario. Para ello se constituyó con el nombre de SOCIEDAD DEL BALNEARIO NUEVO DE ZALDIBAR, cuyo cupo de obligaciones emitidas de 500 pesetas cada una, fue cubierta en breve plazo, con gran entusiasmo del vecindario.
El proyecto del edificio balneario, lo realizó el Arquitecto bilbaíno D. Jose M° de Basterra, y la bendición y colocación de la primera piedra, se efectuó el día 9 de junio de 1924, con la asistencia de las autoridades locales tanto civiles como eclesiásticas, la Comisión Permanente del Balneario, niños y niñas de las Escuelas y vecindario.

Se colocó una tubería desde el manantial hasta el nuevo Balneario, a unos 250 m. de distancia, para el suministro de las aguas sulfurosas a la caldera, para posterior distribución a los distintos departamentos.
Esta nueva edificación era de una sola planta con un patio central. A ambos lados de la entrada principal se hallaban los despachos de la Dirección y Administración.
El proyecto en cuestión se llevó a cabo con rapidez, haciendo realidad el sueño del pueblo en un plazo inferior a dos años, y el Balneario Nuevo se inauguró el año 1925.
Los Hoteles Zaldibar y Lejarreta y las Fondas de la Estación, Bekoetxe e Iñurrieta y otros hospedajes más modestos, atendían a la demanda de cuantos llegaban en busca de la curación de sus males y al descanso necesarios.
Debido a su baja rentabilidad, este segundo Balneario inaugurado el año 1925, fue definitivamente clausurado en 1957 y derribado hacia el 1970. Se encontraba donde se halla el Parque Lehendakari Aguirre.
Fuente: Ayuntamiento de Zaldibar
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